Cada vez recibimos más consultas sobre la retirada de metales alojados en la cavidad bucal. Las amalgamas son los más comunes, se trata de un material de restauración que resulta de la aleación del mercurio con otros metales, como pueden ser la plata, el estaño, el cobre o el zinc. Aunque las amalgamas son más económicas que otros tipos de empastes (como los de composite), presentan riesgos muy importantes en la salud bucal y en la salud de la persona en general.
La mayoría de los metales que se utilizan en la boca no son puros al proceder de aleaciones, por lo que se liberan diferentes iones que favorecen la corrosión y afectan negativamente a la salud.
Con respecto al mercurio, se sabe que se trata de un tóxico celular que supone la aparición de bloqueos enzimáticos vitales. Los vapores de mercurio se absorben en los pulmones hasta en un 80%, desde donde se incorpora a la circulación sanguínea. A partir de ahí, el mercurio se acumula en órganos como el riñón, el bazo o el cerebro, siendo el proceso de eliminación muy lento.
Con lo que respecta a la odontología neurofocal, ésta busca eliminar la mayor cantidad de sobrecargas acumuladas en la boca que puedan afectar en un momento dado a la salud del paciente. Todo ello se realiza siempre teniendo en cuenta la situación particular de cada persona, y aplicando el tratamiento adecuado según las circunstancias concretas, en el momento específico en el que se requieren.